Estas imágenes me traen muy buenos recuerdos de mi trabajo en la laguna durante 6 años, y van dedicadas a todos los que me apoyásteis de forma desinteresada, Antonio, Suso de Fontarrega, mi prima Amelia, todos los Numenius, mis colegas del pueblo (con los que pasé muchas horas palustres de birding y beering), y muchos otros.
En la Laguna de Cospeito literalmente me crié y forjé como naturalista autodidacta, hasta que un buen día conocí a mi maestro ornitológico, Salaberri, con el que mi aprendizaje evolucionó sustancialmente en la década de los 90. Va por él también!
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